Carlos Tártara, a 15 años de su fallecimiento.

Hoy se cumplen 15 años de la desaparición física de Carlitos, o el "Narigón", como muchos lo llamaban cariñosamente, pero el recuerdo está siempre presente en el ambiente del automovilismo deportivo, por lo que nos dejó, por haberlo visto correr, por compartir muchas charlas de sus historias en la matera del negocio, o porque "Chelo" hizo las réplicas de sus Torino, recordando que también está la de la coupé Chevrolet.
Lo conocí de pibe, mi tío Miguel en su juventud había trabajado con Carlitos, eso fue uno de los motivos para que pudiera acceder a su amistad. El recuerdo más vívido que tengo, fue una carrera en 25 de mayo, con el Torino de la Auto Peña Ciudad de Azul, me llevaron el sábado, fuimos a hotel, para mi la primera vez que salía tan lejos a ver una carrera de TC, cenamos en el mismo hotel y estaba todo el equipo de la peña, inclusive un rival como Héctor Rey. esa noche no pude dormir esperando la carrera, tal era la emoción que sentía, ese día, Carlitos se despistó en el curvón de la ruta 51 llegando a la rotonda, cuando se corría al revés, dónde se mató Anselmo Pérez con un Dodge, por suerte no pasó más que un susto y torció creo un resorte de suspensión delantero, el derecho, recuerdo que trabajaron y siguió en carrera.
Un tipo que aceleraba con los dos pies, siempre a fondo más allá de las posibilidades de su auto, que tuvo buenas actuaciones, como aquel Gran Premio dónde volcó allá por San Juan, creo, al pasar un puente acompañado por Alberto Rafaelli, contaba que cuando lo pasó a Bordeu, esté le hizo seña, "ojo" le indicó y vino el vuelco, los aviones venían arriba del Torino, venía bien adelante.
Se retiró en Olavarría con un Falcon que poco le duró, pero le quedó toda una vida de experiencia en este hermoso deporte y lo escuchábamos con mucha atención.
Pero, lamentablemente, a todos nos llega el momento, la última vez que lo vi, lo recuerdo como si fuera hoy, fue un domingo, yo salía de Radio Azul al mediodía y tomé por calle Arenales, cruzando Irigoyen en el local de una óptica estaba Carlitos mirando hacia adentro, paré le pregunté que estaba haciendo y me dijo que esperaba que abriera, ya estaba enfermo y la familia nos había dicho que si lo llegan a ver en la calle hagan el favor de traerlo a casa, porque se perdía, le digo, hoy no abre Carlitos, vamos que te llevo a tu casa, me conoció perfectamente, es más me dijo "como andás Pistaleche", así dice mi apellido el Ruso Hanziack, todavía cuando llegamos me invitó a tomar un aperitivo, le di las gracias y me fuí.
El recuerdo permanente de Carlitos Tártara, un amigo de todos.