"Caleco" Tártara y Gustavo Di Salvo alcanzaron el podio, terceros en la clase N3, navegante y piloto respectivamente, en su ritmo dieron la vuelta que era el objetivo en buen trabajo.
Todos los pilotos de nuestra ciudad dieron lo suyo, salvo los Daulerio, los demás llegaron y bien, como el caso de Alberto y José Lier que se quedaron con la victoria en la N4 Light, cuando el sábado en la primera etapa algunos problemas en su auto no le permitieron estar peleando la punta, luego para el domingo todo fue solucionado por la gente del Quattrocchio Rally Team y llegaron a los más alto del podio.
Juan Abonjo - Sergio Beheraborde finalizaron quintos en la clase N2.
Facundo Miralles - Nicolás Vizzolini fueron cuartos en la N1.
El público concurrió a ver la carrera, no tanto como se esperaba en el Autódromo, había que pagar un bono de 100 pesos para los tres días y era un lugar espectacular para ver pasar los autos, incluido la parte de asfalto, despertaba curiosidad verlos en ese piso.
Pero a pesar de todo lo que significa la organización de un evento de esta naturaleza para la ciudad en lo económico, del esfuerzo hecho por mucha gente perteneciente o no al Auto Moto Club Azul, se vio complicado desde el vamos por gente que no quiere que en Azul haya nada. Nuestro músicos luchan para tener algún lugar para expresar su arte, los corren de todos lados por el "ruido", los corsos hubo que trasladarlos de la Cáneva a la Costanera, también por el "ruido" y también por este motivo hubo que trasladar el lugar elegido para hacer el parque de asistencia, ex cancha de rugby, porque los autos iban a salir y entrar por el barrio Santa Elena, debemos aclarar que muchos de los vecinos de ese barrio le expresaron a gente del club que no todos estaban de acuerdo con "prohibir" dicho lugar para el rally. Se comentó que hubo un mail que alguien envió a una entidad relacionada al campo, que no quería que la carrera pase por cierto lugar para que no se rompan los caminos, no puedo oficializar dicha información, pero la fuente es confiable de que así sucedió. Alguien se encargó de sacar todas las gomas de la prueba especial, Ariel - San Pedro, puestas en las chicanas hechas ex profeso para que los autos bajen la velocidad final en rectas largas, no contento con ello, también tuvo tiempo de comprar pintura gris y repintar los palos de los alambrados donde los distintos pilotos habían marcado con diferentes colores para tener referencias de frenado. A este o ellos, que hicieron esta barbaridad se los puede calificar con muchos adjetivos, desaprensivos, ignorantes, maliciosos y hasta criminales, porque "jugaron" con la vida de seres humanos que también son los pilotos y navegantes, que vienen a fondo, en el caso de los autos más potentes por encima de los 200 km/h. y al no encontrar las referencias podrían haber sufrido un accidente hasta fatal, más allá de la seguridad de sus butacas especiales y los cintos de seguridad, la rotura, por lo menos del auto, que no son para nada baratos de reparar.
Sin con este tipo de actitudes piensan parar la actividad de competencias automovilísticas en Azul, no pierdan más tiempo, porque no lo van a lograr, el rally se seguirá haciendo, el Autódromo se habilitará y Azul volverá a ser centro de este deporte, les guste o no.
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